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P5: Farmacia Saguer

Quinta parada

Farmacia Saguer

La farmacia Saguer, antes farmacia Masó, es un interesante ejemplo de obra modernista. Se pueden ver piezas de cerámica esmaltada, típicas del modernismo. Además, también es un buen punto para reflexionar sobre el papel que los medicamentos han tenido en la esperanza de vida de los seres humanos. Si hoy en día la esperanza de vida es de 80 años, a finales del siglo XIX, era de sólo unos 48, y hace unos 20.000 años, cuando éramos cromañones, estaba en tan sólo 18 años (según datos de la OMS)
Por países tampoco es igual: si la esperanza de vida se calcula en 74 años para Europa, para África está en 49 años. Estas diferencias tienen motivaciones diferentes, pero hay tres factores relacionados con la química que han influido decisivamente: la higiene, la cloración de las aguas y los medicamentos.

Lavarse con agua y jabón es un hecho cotidiano para nosotros. Con este sencillo gesto se eliminan sustancias y algunos microorganismos que se depositan en la piel y en la ropa y que pueden ser peligrosos para nuestra salud.

Si además el agua lleva cloro, prácticamente eliminan la totalidad de los organismos patógenos que transporta. Esta propiedad se debe a la toxicidad del cloro. En grandes cantidades el cloro es venenoso, incluso para los humanos, pero la concentración en el agua corriente es muy pequeña, de forma que no es peligrosa para nosotros y en cambio es mortal para los microorganismos.

Entre los microorganismos patógenos destacan las bacterias. Pueden causar enfermedades más o menos graves en otros organismos, tanto vegetales como animales. En el hombre enfermedades como la salmonelosis, la tuberculosis o la disentería también son causadas por bacterias. En 1928 Fleming descubrió casualmente que un hongo llamado penicillium producía una sustancia tóxica para las bacterias, a la que llamó penicilina. Esta sustancia se convirtió en el primer antibiótico. Actualmente se pueden encontrar en las farmacias otros antibióticos, como la amoxicilina, la estreptomicina, que atacan a las bacterias de forma diferente. El mal uso o el abuso de los antibióticos ha hecho que determinadas bacterias se hayan vuelto resistentes. En cualquier caso, infecciones antes mortales se pueden eliminar en pocos días o semanas gracias a los antibióticos.

El Tarlà es una figura típicamente gerundense. Según la leyenda, tiene su origen en un brote de peste que afectó la zona de l’Argenteria el siglo XIX. Para evitar el contagio con el resto de la ciudad, la calle fue puesta en cuarentena. Las largas horas de aburrimiento se veían amenizadas por un personaje que hacía piruetas por la calle. Para recordarlo se construyó un muñeco que cuelga de una barra y que hace acrobacias cuando la barra se hace girar. La peste fue una epidemia que asoló Europa y que se saldó con unos 75 millones de muertos. Es causada por una bacteria del tipo bacilo.

Son muchos los medicamentos que se pueden encontrar en esta farmacia, pero sin duda que uno de los más populares es la aspirina. Este es el nombre comercial del ácido acetilsalicílico. Recientemente se ha celebrado el centenario de este fármaco que tiene propiedades analgésicas (elimina el dolor), antipiréticas (reduce la fiebre), antiinflamatorias y antiagregantes de plaquetas. Aunque puede producir problemas estomacales, investigaciones recientes revelan nuevas propiedades, como por ejemplo su papel como preventivo del cáncer de colon.

¿Lo sabías?

El descubrimiento de la penicilina se atribuye a Sir Alexander Fleming, pero el premio Nobel que le fue otorgado en 1945 fue compartido con Sir Howard W. Florey y con el Dr. Ernst B. Chain.

De joven, E. Chain estudió química y se doctoró en química patológica. Investigó en muchos campos relacionados con la bioquímica. Fue el estudio sistemático de sustancias antibacterianas producidas por microorganismos que lo condujo a trabajar con la penicilina. En descubrió sus propiedades quimioterapéuticas, trabajo por el que fue reconocido con el premio Nobel.

En el discurso que Sir A. Fleming hizo el día de la entrega de los premios Nobel pronosticó que llegaría el día en que la penicilina podría ser comprada por todos en las tiendas, y advertía de que un uso indebido, causado sobre todo por la automedicación y por la administración de dosis insuficientes, harían las bacterias resistentes a la acción antibiótica.