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P4: L’Argenteria (La Platería)

Cuarta parada

L’Argenteria (La Platería)

A la calle Argenteria se llega después de haber pasado por el lado de la calle de las Ferreries Velles (herrerías viejas), dos nombres indicativos de una determinada actividad comercial. Aunque en la platería hay diferentes comercios, todavía hay joyerías que hacen honor al nombre de la calle.
Para la fabricación de joyas se han utilizado a lo largo de la historia muchos tipos de materiales, especialmente metales y piedras preciosas o gemas. Los primeros metales que se utilizaron fueron el cobre, la plata y el oro.

Curiosamente, estos tres elementos se encuentran juntos en la tabla periódica de los elementos. Se llaman metales de acuñación ya que históricamente fueron los tres metales utilizados para este fin. Hay cuatro razones para que haya sido así: se obtienen fácilmente en estado metálico, son maleables, por lo que es posible estampar discos del metal con un diseño, son poco reactivos químicamente, y, en el caso de la plata y el oro, la poca abundancia de los metales implicaba que las monedas tenían un valor intrínseco del propio metal.

Calle L’Argenteria. Foto Alex Ambit
Otros metales que se han ido incorporando al mundo de la joyería son los llamados metales nobles. Son un grupo de metales caracterizados por ser muy inertes químicamente, es decir, que no reaccionan químicamente o reaccionan muy poco con otros compuestos químicos. Esta propiedad se traduce en una escasa reactividad o lo que es lo mismo son poco susceptibles de corroerse y oxidarse lo que les da un aspecto de inalterabilidad, por lo que se les ha denominado con el apelativo de nobles. Los más conocidos son el oro, la plata, y el platino, pero también forman parte de este grupo el rutenio, el osmio, el rodio, el iridio, y el paladio. Por ejemplo, lo que se denomina como oro blanco en algunos casos es platino, un metal el doble de caro que el oro. En otros casos es una aleación de oro con uno de estos metales blancos, como platino, paladio o plata. Normalmente las piezas se recubren con rodio para que su aspecto sea más brillante.

Además de los metales son numerosas y diversas las gemas que se utilizan en joyería. Una gema es un mineral, roca o material petrificado que al ser cortado y pulido se puede usar en joyería. Otras son orgánicas, como el ámbar (resina de árbol fosilizada). Tradicionalmente las gemas se dividían en dos grandes grupos, las preciosas y las semi-preciosas. Se consideraban preciosas cinco tipos de gemas: diamante, rubí, zafiro, esmeralda y amatista. Esta última ya no es considerada como preciosa, desde que se descubrieron grandes cantidades en Brasil.

También es curioso que cuatro de las cinco gemas preciosas compartan una composición química y estructura similar. La base es un tipo de óxido de aluminio llamado corindón. Cuando los cristales de corindón contienen impurezas de iones metálicos adquieren colores que dan lugar a las gemas preciosas.

  • El rubí contiene impurezas de cromo (III) y es de color rojo.
  • El zafiro contiene hierro (II y III) y es de color azul.
  • La esmeralda contiene cromo (III) y vanadio (III) y es de color verde.
  • I la amatista contiene cromo (III) y titanio (IV) y es de color violeta.

La quinta de las gemas preciosas, el diamante, es la más preciada. La belleza de su resplandor se debe a que posee un alto índice de refracción de la luz y un gran poder de dispersión: los rayos de luz cuando entran en los cristales experimentan innumerables reflexiones interiores y la luz blanca se dispersa, saliendo convertida en un abanico de múltiples colores. Es algo parecido a lo que ocurre con las gotas de lluvia que originan el arco iris.

El diamante tiene una composición química muy sencilla: sólo carbono. Es una de las formas en que se presenta este elemento en la naturaleza. La otra es el grafito, que es de lo que se hacen las minas de los lápices. También hay otras formas sintéticas como los fulerenos, y los nanotubos, que tienen aplicaciones en alta tecnología. A pesar de compartir la misma composición química, sus propiedades son muy diferentes, ya que en este caso la organización de sus átomos en el espacio también es muy diferente. El diamante es el mineral más duro que se conoce (el valor máximo en la escala de Mohs, que mide la dureza) es aislante eléctrico pero conductor del calor. La importancia del diamante no sólo se cifra en su innegable belleza, sino también en su gran utilidad en la industria. Sin el diamante, muchas actividades industriales estarían seriamente limitadas.

En bisutería se utilizan materiales como los plásticos o metales menos nobles recubiertos de metales como plata y oro, que se obtienen con procesos similares a los descritos en la parada anterior. Recientemente, también se ha incorporado el acero inoxidable.

¿Lo sabías?

El carbón que se quema a las estufas tiene una composición química muy próxima a la del diamante, es decir, carbono. Cuando el carbón se quema, el carbono reacciona con el oxígeno del aire para dar dióxido de carbono, un gas que huye por la chimenea. Además de carbono, el carbón también hay pequeñas cantidades de otras moléculas que contienen elementos como el azufre o el nitrógeno.

Algunas de estas moléculas queman para dar gases, pero otros dan lugar a sólidos. Este residuo que queda después de quemar carbón es lo que llamamos cenizas. Si en una estufa quemáramos diamantes, no se harían cenizas.